Sentarse frente a una torre de cajas de cerveza vacías, una bolsa gigante de barras de barras de pan y una acumulación de "esto lo voy dejando por aquí" no es muy buen augurio cuando te dispones a tomar algo en un lugar que te han recomendado para una tapita, pero el orden no siempre es sinónimo de concierto así que me dispongo a acompañar las pilsen con tres de las raciones de la carta en Ñoño el chico, en Las Palmas. Veo que ofrecen "papas al estilo casa Noño", los platos de la casa siempre parecen oportunos como selección y a las papas sumamos un atún adobado y pulpo.
Vamos por partes y empiezo por lo mejor, en fin, lo único, que se pudo comer: el atún. Estaba jugoso y sabroso, el adobo era bueno aunque algo aceitoso pero se le perdonaba porque aceptaba el moje del pan. Los otros dos platos suspendieron, el pulpo porque se encontraba ya en estado de "tira eso al cubo, miniño" y la papas por todo, por el completo, pero fundamentalmente por dos cosas. Primera: si las papas son seña de la casa, NO PUEDEN SER PAPAS CONGELADAS, es inadmisible, especialmente estando en Canarias, unas islas que cuentan con más de 30 variedades de papas de excelente calidad. Y segunda: porque la cocina requiere respeto y mesura y está de más cubrir la montaña de papas congeladas con todo lo que pilles en los alrededores del plato, esto es, ketchup, mayonesa, trocitos de queso, trocitos de jamón york, atún, mostaza, orégano... ¡¡¡BASTA!!! ¿No ven que no da para más? Observad la foto, ¿no da un poquito de miedo hicar ahí el tenedor?
Cuando pedimos la cuenta y al fijarse en que los platos se quedaban prácticamente intactos, el cocinero nos pregunta desde su ventana si vinimos con poco hambre, y daba la impresión de que lo decía con sinceridad el hombre. Sí, parece que sí, que no vinimos con el hambre suficiente para dar cuenta de semejantes viandas... Ño!
Ño!!!, ¿quién fue el que te recomendó ese apasionante lugar donde deleitarse con semejante obra de arte?
ResponderEliminarUn besote
PD.: Humbold-Ñoño el Chico, lo tuyo son los extremos.
Un tal Manolo al que ya tengo ganas de echarme a la cara, jejeje. Bienvenido al cyberespaciummmmmm. Besos.
ResponderEliminarSoy el tal Manolo, y no sé que tiene ese Humbol que no tenga Ñoño. Lo que pasa es que Tito tiene un paladar demasiado exquisito. Bah!. BSS
ResponderEliminarJajaja, tal Manolo, encantada de saludarte. Si era una venganza contra Tito, yo sufrí los daños colaterales! Besos.
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